EL MEETING, UN ACTO DE EDUCACIÓN PERMANENTE

La importancia de la experiencia del Meeting para Letizia Paoli Bardazzi, Presidente de la Associazione Italiana Centri Culturali (AIC) y miembro de la Redacción del Meeting

Letizia Paoli Bardazzi, Presidente de la Asociacion Italiana de Centros Culturales (AIC), encontró el Meeting en 1982 con GS (Bachilleres) de Prato, en un campamento en Rimini, desde aquella primera vez el Meeting se volvió un acto de educación permanente para ella y para su familia. En 2004, durante la vigesimoquinta edición del Meeting, Letizia y su familia estaban en Estados Unidos y fue en esa ocasión que nacieron los Centros Culturales Americanos según la idea de que “la cultura es el desbordamiento della vida vivida.”. Desde America Letizia Paoli Bardazzi, gracias tambien a la Fundacion para la Subsidiariedad, empezó a trabajar para identificar personalidades de la cultura americana que después fueron invitadas a intervenir en el Meeting. De vuelta en Italia en 2009 entro a formar parte de la Redaccion del Meeting. “Vivir el Meeting – cuenta Letizia Paoli Bardazzi – es hacer experiencia de la fe que contraataca la vida y que arroja luz sobre lo que acontece”. En el 2011 se convierte en presidente de la Asociación Italiana de Centros Culturales. Para ella llevar a cabo esta función que es un servicio significa “participar en una vida que nunca se agota y que se nutre de la fuente viva del encuentro con Cristo en la modalidad fascinante del carisma de don Giussani.” Para ella es muy importante lo que los centros culturales realizan durante todo el año reproponiendo las exposiciones itinerantes del Meeting, pues es esta una de las formas mas significativas y fascinantes en las que la propuesta del Meeting vuelve a plantearse a través de una de sus expresiones mas bellas.

Para Letizia Paoli Bardazzi “el Meeting es una realidad abierta al mundo, ofrece una cultura cristiana con modos y lenguajes siempre nuevos y por descubrir. En ese “Trabajad para esto, rezad por esto, sufrid por esto” de san Juan Pablo II esta el desafío de nuestro tiempo. Es la invitación a no cansarse nunca en el llevar al mundo lo que hemos encontrado”. Es un abrazo lo que se experimenta en el Meeting y ella lo testimonia con su pasión por todo lo que sucede y con el deseo conmovido de que este abrazo se difunda por todo el mundo. “En el Meeting – observa también la presidente de la AIC – somos todos como constructores medievales de catedrales, que vivian en chozas pero aportaban su contribución para construir cosas grandes y maravillosas.” Esto nos muestra el sentido de todo lo que hacen los voluntarios, constructores de algo grande a través de lo pequeño que hacen, y señala el valor de los muchos que cada día hacen un donativo propio a Donaora y de esta forma dan su aportación para que el Meeting siga existiendo y ofreciendo esperanza al mundo entero. De esta manera se reafirma el valor de las donaciones para el Meeting, ¡donar es dar algo de uno mismo para que algo grande, que se ve, viva!

Hay una última y decisiva observación que hace nuestra interlocutora, y es que «a partir de lo que sucede en el Meeting comienza una obra, la belleza y la verdad de estos días en Rimini debe ser redescubierta a lo largo del año a través de una obra que la recupere».