Caras que construyen… Efraim e Cristina

23 agosto 2024
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El Villaggio Ragazzi no es un estacionamiento para los niños.

Aquí es donde se vive la verdadera experiencia del Meeting.

-Efraim y Cristina hablan de su experiencia como voluntarios-

“Cada año, el último día tenemos que desmontar todo lo que no se puede reutilizar. Siempre recordaré las lágrimas de mi hijo en ese momento final”; esta es la respuesta de Efraim Zaccaria a la pregunta “¿por qué el Meeting es bueno para el mundo?”.

Efraim ha asistido al Meeting desde que era niño y ahora continúa esta aventura como padre de familia.Un día un amigo le propuso utilizar su pasión por el teatro al servicio de la Aldea de los Chicos.

Este año la programación está íntegramente dedicada a Pinocho de Collodi y lleva por título: “Soy verdaderamente (des)afortunado” una historia que interpreta las vicisitudes de la marioneta más famosa del mundo, centrándose en el sentido de encontrar los propios defectos. La inmensidad del deseo encuentra un terreno fértil en los niños porqué están acostumbrados a imaginar.

No es fácil darse cuenta de ello, ya que uno se pierde fácilmente en el espacio de la imaginación infantil, en la que es difícil encontrar la racionalidad de los hombres.A menudo la gente prefiere evitar la molestia de indagar ese territorio inexplorado y termina olvidándose de sus sueños.

“¿Qué deseo tienes? Los padres ya estamos acostumbrados a preguntárselo a nuestros hijos, porque ellos ya lo tienen todo”. Así se expresa Cristina Bianchi, que cada véz más pone en juego su vocación de maestra para combatir la reducción del horizonte y la atrofia de la mirada. Cristina se implica más en el Villaggio Ragazzi desde hace tres años, secundando una petición que le hicieron para participar.

Cristina sabía que esta actividad encajaba perfectamente con su creatividad, la llama inextinguible de la vida, pero no podía imaginar el calor que generaría. La “Fábula Viviente” es un recurso que favorece la inmersión del niño en la historia, situándose físicamente en los lugares y en medio de los personajes que se narran.

A partir de una simple idea de contar la historia del Mago de Oz, nace una ruta escénica ambientada, llena de obstáculos, pruebas que superar y misterio. Todo esto realizado con la ayuda de alumnos de la Academia de Brera. El resultado es maravilloso, pero no tanto como la constatación de haber encontrado una comunidad en grado de acoger y cuidar tus deseos. Al igual que los niños, los adultos también son capaces de disfrutar la belleza, aunque con un mayor número de filtros, y al igual que ellos no solo necesitan palabras, sino que deben vivir una auténtica correspondencia en sus experiencias.

Efraim y Cristina apoyan el Meeting con su presencia en el Villaggio Ragazzi, agradecidos por la humanidad que encuentran y el aire festivo que allí se respira. “El Meeting es un punto de esperanza” dice Cristina, y es necesario que esta esperanza continúe. El “Donaora” es una forma sencilla y concreta de mantener esta esperanza y permitir a muchos niños la experiencia de escuchar el cuento de Pinocho o recorrer por las salas de la exposición del Mago de Oz.