"El Meeting es el lugar donde se construye mi vida. Los encuentros y las exposiciones siempre ofrecen una perspectiva más amplia sobre cualquier tema que traten, como una ventana abierta de par en par al mundo. El Meeting me hace respirar. Todo mi anhelo de belleza y justicia encuentra aquí su espacio. Así fue como, en un cierto momento, me dije a mí misma: ‘Quiero ayudar a construirlo.’ El Meeting es una amistad que te acompaña en la construcción de una parte de tu vida. Y, al construir el Meeting siento que me estoy construyendo a mí misma. Somos la misma cosa."

Para Chiara, el Meeting es una amistad que construye, en todos los sentidos. Enfermera y florentina de nacimiento, conoció a su futuro esposo, Gibi, un ingeniero de Lugo (Ravenna), durante su primer año como voluntaria en 2015.

Durante el Pre-Meeting, Chiara y Gibi son los "ángeles custodios" del “Banco Lavori” (puesto de trabajo), la estación en el hall sur desde donde se coordina la organización de todos los talleres operativos en los días previos al Meeting de Rímini. “En el trabajo del Pre-Meeting hay un gran deseo, un ideal igualmente grande, que toma forma precisamente dentro de una amistad. Lo más sorprendente es que, cuando estás allí, nunca estás solo en tu trabajo: siempre hay alguien que lo hace contigo. Puede parecer un detalle insignificante, pero en realidad lo es todo, porque es como si alguien te ayudara a dar un paso más, quizás aprendiendo a hacer bien una determinada tarea. Y esta dinámica también se aplica a la vida: ¿quién no desearía el mismo apoyo en el trabajo diario? Para mí, el Pre-Meeting es una construcción continua de mí misma. Cada año es diferente, y sin embargo, nunca he pensado: ‘¡Qué esfuerzo dedicar este tiempo en lugar de descansar!’”

Chiara y Gibi construyen el Meeting no solo con su trabajo voluntario, sino también como donantes. ¿Por qué? Responde Gibi: "El Meeting es un lugar que construye puentes, que favorece el diálogo. A lo largo de los años, ha habido encuentros extraordinarios sobre Tierra Santa, momentos de debate entre cristianos, musulmanes y judíos, en contextos donde el diálogo parecía imposible. Es un lugar que ayuda a construir la paz. Por eso es importante apoyarlo: una experiencia así no puede quedar sin respaldo. Por supuesto, nadie está obligado, pero quien la ha vivido sabe que es una obra que vale la pena cuidar y hacer crecer. El Meeting es siempre actual porque toca el corazón de las personas. Y eso es lo que lo hace tan único."