Caras que construyen… Carolina y Vincenzo

21 enero 2025
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"El Meeting es un bien para mí y también es un bien para el mundo. Es un lugar excepcional, donde el encuentro es su misma esencia". Carolina y su esposo Vincenzo son rostros familiares y queridos entre los voluntarios del Meeting para la Amistad entre los Pueblos. Desde hace años, ofrecen su servicio como voluntarios de manera gratuita, pero su compromiso no se limita a la semana del evento en Rímini. En su ciudad, Ancona, organizan numerosas iniciativas para dar a conocer el Meeting y recaudar fondos.

"Incluso en su nombre hay un propósito universal: 'amistad entre los pueblos'. En una época marcada por la desconfianza y el absolutismo de los juicios, el Meeting es un signo de esperanza para una convivencia posible," subraya Carolina. "En nuestra vida nunca hemos encontrado un lugar donde fuera posible experimentar, de manera tan concreta y palpable, la posibilidad de diálogo entre personas y culturas diferentes, la valorización de la contribución de cada uno al bien común, una fraternidad 'desarmada y desarmante' entre las personas, como el Meeting. En un tiempo en el que prevalece el absolutismo del propio juicio y la desconfianza hacia el otro, el Meeting es, en el panorama cultural internacional, el único verdadero signo de esperanza para una convivencia posible."

Este año, su compromiso con el Meeting coincidió con importantes logros familiares, como el bautismo de su segundo nieto y la boda de uno de sus hijos. Pero esto no los detuvo. "No pudimos hacer todo lo que queríamos, pero nos adaptamos a la realidad," cuenta Carolina. "No pudiendo proponer nuestro propio evento, pensamos en utilizar... los conciertos de otros," explica Vincenzo. En esencia, se dedicaron a montar un Punto Meeting durante eventos y conciertos promovidos por el Ayuntamiento de Ancona u otros organizadores. "Queríamos encontrarnos con las personas, dar a conocer el Meeting e invitarlas a los eventos programados en Rímini. Fue una ocasión realmente interesante, porque era completamente 'misionera': nos dirigimos a personas que quizás nunca habrían conocido el Meeting."

La iniciativa parece haber tenido cierto éxito. "Muchos mostraron curiosidad y asombro por los temas tratados y las exposiciones, o nos compartieron recuerdos positivos relacionados con ediciones pasadas," relata Vincenzo.

Carolina y Vincenzo no tienen dudas: el Meeting es un bien que hay que apoyar. "Este lugar representa algo único: un diálogo concreto entre personas y culturas diferentes, una experiencia que valoriza la contribución de todos al bien común. Una 'fraternidad desarmante' que deja huella y genera un profundo deseo de compartir," explican.

"Cuando se encuentra lo bello y lo verdadero, se desea que este encuentro dure en el tiempo y sea posible también para otros."