La cultura necesita un centro
Intervención de Letizia Bardazzi, presidenta de la Asociación Italiana de Centros Culturales
En 1984, un año después de la creación de la Asociación Italiana de Centros Culturales (AIC), Onorato Grassi, su primer presidente, describió la utilidad de nuestra red como una herramienta para reforzar el vínculo de amistad y colaboración entre los primeros 50 centros culturales constituidos en Italia a principios de los años ochenta. Esta red fue concebida para fomentar una dirección cultural común, favorecer la presencia de ponentes de alto nivel, tanto nacionales como internacionales, y apoyar la organización de iniciativas para que la fe pudiera influir en la vida con una cultura nueva. Una fe plenamente consciente, de hecho, no puede dejar de impactar en la cultura, sugiriendo una nueva manera de abordar la vida y la historia.
En estos cuarenta años de actividad, AIC está presente en todo el territorio nacional con más de 180 centros culturales, expresando su vitalidad a través de las diversas formas de actividad cultural y los lenguajes contemporáneos, para que el carisma de don Giussani alcance a nuevas personas y ambientes, hablando al mundo de hoy.
El Meeting de Rímini es nuestra primera casa: un lugar del que obtenemos inspiración y al que contribuimos a lo largo del año. Entre AIC y el Meeting existe un vínculo fundacional, una raíz común que encuentra su origen en la misma fuente: el encuentro con el cristianismo. Los centros culturales, como depósitos de vida repartidos por Italia, crecen en conexión con el Meeting, acogiendo su tema anual y desarrollándolo a través de la sugerencia de ponentes, temas y profundizaciones. En particular, las exposiciones itinerantes del Meeting animan una parte significativa de nuestra programación, asegurando continuidad y visibilidad al trabajo de profundización científica que propone el Meeting. Este vínculo se configura como una reciprocidad vital entre AIC y el Meeting.
AIC también contribuye al Meeting mediante presentaciones de libros y diálogos con autores o curadores, iniciativas que, en las últimas cinco ediciones, han dado vida al BookCorner, una serie de pódcast grabados en vivo y difundidos en las principales plataformas. A través de las obras y las novedades literarias presentadas, junto a numerosos invitados de excepción, acogemos la invitación expresada por el papa Francisco en su carta del pasado 4 de agosto sobre el papel de la literatura en el camino de la maduración personal. En ella, el Papa nos invita a descubrir la potencia espiritual de la literatura como medio para ver a través de los ojos de los demás y escuchar la voz del otro, una experiencia que nos interpela y nos conduce al corazón de la cultura humana.
El Meeting nos enseña un ímpetu cultural y una forma de entender la cultura como originalidad que se expresa en una pasión por el hombre. Es en el enfrentamiento con la cultura de nuestro tiempo donde se introduce el ejercicio del juicio, entendido como un proceso positivo que comienza con la escucha, el encuentro, la cercanía y la empatía. Este camino provoca una crisis (krisis), otorgando a los eventos y experiencias un sentido nuevo y más verdadero.
Este año, en particular, queremos vivir plenamente el tema del Meeting 2025, «En los lugares desiertos construiremos con ladrillos nuevos», profundizando en la novedad que el encuentro cristiano ha introducido en nuestras vidas. Este tema nos invita a verificarlo concretamente a través de la construcción, entendida como una tarea personal y colectiva («una tarea para cada uno», sugiere el verso de Eliot), desarrollando la cultura en los lugares desiertos y en las situaciones de nuestro tiempo. La sociedad contemporánea, con sus problemas y desafíos, nos llama a un compromiso cultural capaz de enfrentarse a los puntos cruciales de este tercer milenio, tan lleno de enemistad y dolor.