EL CUIDADO DE LA VIDA
Franca Benini, responsable del Centro Regional Veneto de Terapia del Dolor (TD) y Cuidados Paliativos Pediátricos (CPP), Padua; Davide De Santis, presidente de Mongolfiera odv; Ferrario, profesor de oncología en la Universidad McGill, Montreal. Introduce y modera Marco Maltoni, Medicina y Persona, director de la Unidad de Cuidados Paliativos de Romagna, presidente de la asociación “En el sendero de Cicely”.
El estar afectado por una enfermedad “incurable” no coincide con estar en una condición “incurable”, es decir, siempre es posible cuidar a una persona afectada por una enfermedad, incluso cuando es crónica y evolutiva, o por una discapacidad. El cuidado de la vida no garantiza a la persona enferma una respuesta automática a los “por qué” que se presentan, en particular al “por qué” se ha llegado a esa condición tan dramática, que no se ha elegido. Las relaciones de cuidado pueden, sin embargo, apoyar la libertad del enfermo en la búsqueda del significado y de lo esencial, búsqueda que a menudo explota en un grito en momentos con una carga de sufrimiento tal que puede aniquilar. En la “común vulnerable humanidad”, como decía la enfermera fundadora de los cuidados paliativos Cicely Saunders, la condición de quien es cuidado y de quien cuida favorece el camino de una búsqueda, que puede convertirse en aceptación del instante presente y florecimiento de una esperanza dentro de un límite. Es como si ciertos “vínculos”, en lugar de limitar la expresión de la libertad, la pusieran en las mejores condiciones para expresarse. La iniciadora de los Cuidados Paliativos Pediátricos en Italia, Franca Benini, y el oncólogo paliativista Cristiano Ferrario cuentan cómo en su experiencia, han verificado la posibilidad de una relación y una mirada fascinantes, estando a cargo de enfermos y de sus familias.