Desde Martini hasta Guttuso. Una plaza para seis protagonistas del siglo XX en Italia
Arturo Martini, Il Figliol Prodigo, bronzo, 140 100 219 cm, Casa di riposo Jona Ottolengh, Acqui Terme (AL)
Curada por Casa Testori
Supervisión científica por parte de Elena Pontiggia
¿Cómo dieron los grandes artistas italianos testimonio de la pasión por el hombre en el curso dramático e inquieto del siglo corto? El camino propuesto por la Casa Testori parte del título de esta edición del Meeting para dar una emocionante representación visual a través de la presentación de una serie de grandes obras que documentan el ímpetu y la emoción de un arte que ha conseguido erigirse en guarnición de lo humano.
El recorrido tomará la forma de una plaza en el corazón de uno de los pabellones de la Feria, donde seis grandes obras se presentarán al visitante como sorprendentes compañeras de viaje que van al corazón del tema del Meeting. Los artistas, escultores y pintores, están entre los protagonistas más importantes de nuestro siglo XX. Aquí están en secuencia cronológica.
– Arturo Martini “El hijo pródigo” (1929) Imponente obra en bronce que es una piedra angular de la Italia de principios del siglo XX, conservada en la Residencia de Ancianos Ottolenghi de Acqui Terme. La monumentalidad de la obra se pone al servicio de la conmovedora documentación del abrazo entre padre e hijo.
– Mario Sironi “La justicia y la ley” (1935). Este es el gran dibujo preparatorio para el mosaico del Palacio de Justicia de Milán. La humanidad de Sironi es a la vez sufriente y solemne, movida por el deseo de ser portadora de valores compartidos.
– Marino Marini “Milagro” (1952). Este es uno de los temas que hicieron famoso al gran escultor de Pistoia. Se trata de una gran escultura de bronce conservada en el Museo Marino Marini de Florencia. El salto del caballo con el jinete da forma al ímpetu de la pregunta que arde incesantemente en el corazón de cada persona.
– Leoncillo (Leonardi) “San Sebastián negro” (1962). Se trata de una gran terracota negra semirrefractaria; la figura se mantiene como un tronco obstinadamente vivo a pesar de los tormentos y amputaciones a los que ha sido sometida por la historia.
– Titina Maselli “Metrò” (1975). Esta imponente obra pictórica, de más de 15 metros de longitud, es capaz de devolver la dimensión de una presencia humana que no vemos en el interior de los vagones de un metro en movimiento. En el centro de la obra se encuentra la experiencia cotidiana de los viajeros: la simpatía del artista es toda para aquellos que no vemos, pero que sabemos que son presencias detrás de esas ventanas.
– Renato Guttuso “Spes contra Spem” (1982). Este es uno de los cuadros más importantes del artista siciliano. Una pintura que es la síntesis de toda una vida, en la que el artista reúne todas las grandes pasiones, humanas, políticas y civiles, por las que se gastó sin reparos.