Mauro-Giuseppe Lepori, Abad General de la Orden Cisterciense; Paola Marenco, Vicepresidente del Comité de Amigos de Takashi y Midori Nagai. Modera Letizia Bardazzi, Presidente de la Asociación Italiana de Centros Culturales.

El doctor Takashi Nagai, médico radiólogo japonés, se convierte al cristianismo gracias al encuentro con su esposa Midori, figura fundamental en su vida. Participando dos veces en la guerra, Nagai se enferma de leucemia debido a las radiografías hechas a miles de personas. Cuando se lanza la bomba atómica en Nagasaki, pierde a su esposa y su casa se pulveriza por completo. En la última página de su autobiografía escribe: “Lo que debía perecer había perecido. Lo que debía morir estaba muerto… Cuando me di cuenta de que había trabajado toda mi vida por algo que se había convertido en cenizas, me sorprendió. ¡Toda mi vida por las cenizas! ¡No podía soportar una vida sin sentido! Tenía que encontrar lo que no perece. Tenía que aferrarme a lo que nunca muere”. Su vida es el relato de esta Amistad que se manifiesta a través del afecto y la relación con su esposa Midori, y la amistad con los descendientes de los “cristianos ocultos” de Nagasaki que lo llevan al descubrimiento de “lo que nunca muere”. Aunque inmovilizado por la enfermedad en una pequeña cabaña de madera, Takashi Nagai se convierte en una personalidad inspiradora y de referencia para todo Japón.