El otro Meeting: cuestión de miradas
Es toda una cuestión de miradas, como también lo demuestra esta columna. El Meeting se puede describir a través de las palabras de los políticos, de sus declaraciones que hacen los titulares en los grandes periódicos, de los clics y los likes. O a través de las historias. Es el otro Meeting, el que habla de la vida, de los jóvenes, de los descartados.
Un diálogo entre un psicólogo y psicoterapeuta, Luigi Ceriani, y un sacerdote, el padre Federico Picchetto, fue el corazón del encuentro “Adolescentes y jóvenes en dificultad” en la arena de la Compagnia delle Opere. Sobre la mesa, todo lo que el COVID ha hecho estallar en términos de trastornos alimentarios, comportamientos agresivos, hospitalizaciones e intentos de suicidio. Para abordarlos, explica Ceriani, es necesario mirar a los jóvenes. Mirarles a ellos, y no a sus problemas.
“Si para mí solo eres un trastorno alimentario, o eres un TDAH, no te veo a ti, a ti como persona”. La relación educativa también es terapéutica. Hay maestros capaces de salvar vidas. Y todo se reduce a cómo te miran: “Con los jóvenes es importante entregarse - añade el padre Federico -, darse gratuitamente. Se hace partiendo de la idea de que ese suelo es sagrado: a través de su vida, alguien más viene a visitarme. De lo contrario, te conviertes en un maestro tan ocupado que no puedes ni mirarlos a los ojos”.
No existen chicos malos. 25 años pasados detrás de los barrotes del centro de detención juvenil Beccaria de Milán enseñaron esto al padre Claudio Burgio, protagonista junto al abogado penalista Paolo Tosoni del encuentro “Mare Dentro” organizado por Tracce. “No existen chicos malos. El mal existe, pero no es la última palabra - explica -. Hay un camino que recorrer. Pero si tienes la paciencia de escuchar y recorrer ese camino, puedes mirar más allá. Para crecer, es necesario saber esperar, con esperanza”. A pesar de un contexto que el padre Burgio no duda en calificar de inhumano: “No me sorprenden los disturbios en las cárceles. No puedes redescubrir el perdón dentro de un sistema que huele a venganza. Es el perdón el que pone en marcha la esperanza”. “Cada historia es única. Entras en ella y aprendes”.
La historia no está escrita de antemano, ni siquiera en la evolución humana y animal. Hasta hace algunas décadas, como explicaron Carlo Bellieni, profesor de Pediatría, el biólogo Pier Francesco Ferrari y el filósofo Evandro Agazzi en el encuentro sobre el verdadero secreto de la evolución, se pensaba que la historia estaba escrita y que la evolución tenía reglas fijas y se basaba en la lucha o la casualidad. No es así; también hay mucha colaboración en juego. La ciencia dice hoy que el entorno puede influir en nuestra evolución. Esto también se ve en la Pediatría. Las caricias de una madre o la violencia contra un niño determinan su crecimiento, su adultez. Pero, en un caso único jamás estudiado, incluso el niño en el vientre “influye” en la salud de la madre. Sus células entran en el torrente sanguíneo y la hacen más fuerte, más capaz de enfrentar el embarazo. Un verdadero milagro.
Como el que ocurre en las familias de la comunidad del Papa Juan XXIII, que acogen en todo el mundo a quienes no tienen familia, como explicó el presidente de la comunidad, Matteo Fadda, en el encuentro “La familia, un lugar de esperanza”. El ejemplo viene de Don Oreste Benzi. Nuevamente, es cuestión de miradas, en la frontera. “Quien tiene miedo de ustedes no los ha mirado a los ojos” dijo el papa Francisco en Lesbos. Miradas que cambian la historia.
Del podcast “L'altro Meeting” de Daniela Verlicchi.