Angela Lazzaroni, de Milan, pianista clásica, profesora de práctica pianística en el Conservatorio, es voluntaria en el Meeting de Rimini. Conoció el Meeting a los 20 años, cuando fue allí con sus padres, y se quedó impresionada por las reuniones a las que asistió, en las cuales encontró un gran espacio para el diálogo. «Un gran y apasionante acontecimiento» asì Angela define el Meeting. Que va conociendo cada vez más a lo largo de los años y por el que se siente cada vez más maravillada. «Así que ¡mi marido y yo decidimos construirlo también!».

La primera forma de construir el Meetig fue a través de sus dotes/capacidades artísticas: en 2002 Angela tocó en un espectáculo sobre Mozart con su hermano violinista y un actor, en 2005 en una exposición dedicada a Mozart realizó una sesión de audición en directo y, por último, en 2023 tocó para una exposición organizada por la Lombardia por el medioambiente.  «Leopardi y la música» fue el tema que abordó como pianista.

La segunda manera de contruir el Meeting fue el voluntariado en el área de actuaciones. Así, Angela empezó a ocuparse de los eventos musicales, especialmente los relacionados con la Música Clásica en referencia al Spirto Gentil. Angela explica: «Me identifico con el artista que viene a tocar e intento entender las necesidades que tienen y cómo responder a ellas, para que la actuación se haga en las mejores condiciones posibles. Cuido todos los detalles, desde los micrófonos hasta el restaurante, porque sé por experiencia que la belleza se produce en todos los aspectos que intervienen en el evento. Hago todo lo posible para que el artista esté a gusto, porque me importa que el evento sea bello para el artista y bello para los que vienen a presenciarlo».

Angela señala que no es fácil celebrar un acto de música clásica en el Meeting. Dice que «el silencio es difícil de encontrar, la sala de ensayo hay que compartirla con otros, no puedes usarla cuando quieres, así que hay que colaborar». Que en el Meeting siempre se encuentre la manera de resolver diferentes problemas sorprende a Angela, que subraya que «en el Meeting siempre ha conocido a gente que utiliza la inteligencia».

Nos cuenta: “Ser voluntario en el Meeting es la oportunidad para participar en algo grande y hacerlo con tu aporte personal, una pequena cotribuciòn a algo grande. Esto me hizo tomar conciencia del valor de cada aporte, también pequeño. Así que incluso hacer un donativo a DonaOra puede contribuir a la belleza del Meeting”.

Angela señala finalmente que el Encuentro es para todos y puede ocurrir que uno se encuentre con tanta belleza incluso de la forma más extraña. «Un día», cuenta Angela, »un alquilador y afinador de pianos trajo su piano,y no sabía lo que era el Meeting. Después de afinar el piano quiso saber dónde estaba y le hablé del Meeting, invitándole». Que haya el Meeting, que continúe en toda su belleza, ¡es la ocasión para que muchos otros, como aquel afinador, lo conozcan!